martes, 27 de mayo de 2014

Procesión

No me amedrenta,
¡Juro!
por la curva de mi vida,
el lugar en el que estoy parado.
No me amedrentan las miras nebulosas
de los desencantos,
disolviendo de a espadazos los giros
que propongo,
que me quedan.
No me amedrenta el linaje todo,
Atreviéndosele a la locura,
Componiendo el paisaje
tras la primer sepultura del
Cuero de mi padre.
¡no me amedrenta la locura misma!
Le he visto la cara
de gente con quien he amado,
cuando marcho y marchamos todos
me detengo a llorar y lloramos juntos
Y aunque a veces, a veces, me cueste la palabra
no puedo más que sonreírles.


Julián Reynoso

sábado, 24 de mayo de 2014

Piroclástica

Fuiste en fulgura, la forma,
la piel manchada de luces,
y en lóbrego reparto
la muerte del fecundo.
Fuiste túnica,
espada desnuda, opacante,
lacrimógena en
mi sótano de tragedias repetidas.
Fuiste lasciva, lacerante
Ulcerosa, roja
embanderada en raides
y restas,
tristes.
Tu magia blanca la Troya
en guerra,
tu magia negra la polis
en paz.
Fuiste la fuente del
desmanse del Vesubio
que tus pechos en embalse
no supieron aplacar.
Fuiste la escoria del
marco de estrellas
flotando tras todo.
Y nuestros restos de esencia
Son la Pompeya
Bajo el volcánico vuelco
Velado del mar.


Julián Reynoso

martes, 20 de mayo de 2014

Lo que queda

Las mejores cosas se aprenden olvidando,

del todo,


de prepo,



pero no para siempre.




El mejor recuerdo es el que vuelve,





lo que queda es el poema.





Julián Reynoso

miércoles, 7 de mayo de 2014

Displicencia

Ay! Su rumbo en las caderas
ay! Mitades de durazno perdiéndose en el bajo
con la nuca sueltita contra la espalda.
Ay! Los besos en el aire como burbujas.
Y tan disparatada
¡Oiga señorita,
que se le van cayendo!
Despacio
¡Que no llego a recogerlos!
Dígame,
¿Por qué tanta prisa en olvidarnos?


Julián Reynoso

lunes, 5 de mayo de 2014

Crema (del) rio tó

Se incendió la sal
y el calcio de tus huesos, el tuétano,
marfil desvestido y elegante,
mis manos sopesantes
                                                  y yo.
No necesitamos del virtuosismo
ni echar por culpa a las almas
                                                      sus fugas
para desasir el peso,
el peso voz,
más grande que la caja que cargo.
¿Con qué cargo?
Esa caja no,
            resonaría como tu pecho.


Julián Reynoso