No me amedrenta,
¡Juro!
por la curva de mi vida,
el lugar en el que estoy parado.
No me amedrentan las miras nebulosas
de los desencantos,
disolviendo de a espadazos los giros
que propongo,
que me quedan.
No me amedrenta el linaje todo,
Atreviéndosele a la locura,
Componiendo el paisaje
tras la primer sepultura del
Cuero de mi padre.
¡no me amedrenta la locura misma!
Le he visto la cara
de gente con quien he amado,
cuando marcho y marchamos todos
me detengo a llorar y lloramos juntos
Y aunque a veces, a veces, me cueste la palabra
no puedo más que sonreírles.
Julián Reynoso