lunes, 7 de abril de 2014

Fundiendo y confundiendo

Me niego a pensar que nunca lo vas a entender
¡Las horas  y las lágrimas en goteras no crean paraísos, ni lagunas, ni arboledas!
Los únicos que conspiran y lloran de a dos
Para fundar nuevas formas y mundos
 Son los ojos,
Que aun así se hinchan y se nota
Y se deschaban entre ellos.
¡Créeme!
Por única vez que lo nuestro sea
Polvo devenido en tierra
Y el engrudo de la mezcla con lo tanto
Diera forma a lo más bello que nos queda
Hasta irritarnos con su absolutismo las pieles
Las nuestras y las de muchos otros
Escamándolas todas,
Gastándolas,
Y dejando aparecernos tras el terciopelo
A los verdaderos hombres y mujeres
Que valemos la pena de quienes penan
Por última vez
¡No perderemos la estoica primavera que tanto cuidamos!.
Justamente es creer,
Creer en la ira
O dejarse y dejarla hervirse
En el estupor de la medianoche, del baño de inmersión
O del alcohol a la alcoba.
¡Cualquiera pueda!
Cociéndose al vapor de las fracciones
De encuentros motrices
y sensuales,
De a sensuales tan motrices
Y sus pequeños golpecitos de dulzura
En la yema de los dedos,
En la punta de las conexiones neuronales,
Dejarse.

Fundiéndose y confundiéndolas
Hediondas por la cólera pesada del agua
Estancada al alma sin efecto ni cause
Se las verá huir y unirse a las palabras
Y acercarse  a ellos todos y mirarlos
Mirarlos
Hasta escupirlos con aliento y penas,
Crear olas de sueños conspicuos e historias,
Mirarles,
Darle forma a las costas de las playas con impúdicos palmoteos,
Mirarlos y desde allí mirarse con tiempo y sin espejo
Mirarlos
Y decírselo todo
En la cara.


Julián Reynoso

Sabado 13 de julio

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