lunes, 7 de abril de 2014

La imbricada y su talante

Su imbricada le hace un gesto y llora,
Su talante lo define,
La imbricada le toma el ánimo por el brazo
Y el talante se exacerba.
Caminan juntos.
Luego la imbricada tropieza
Con la luna que el talante imaginó para ella.
También juntos la levantan de a dos dedos
Desde las orillas de sus pies,
La luna, entre tanto, entrega su equilibrio
De nuevo en el cielo.
La imbricada sonríe,
El talante adormece.
Se dicen al oído una poesía
De a uno por ves
El talante olvida el modo
La imbricada espera su turno que no llega.
Se besan.
El talante se disculpa,
La imbricada por lo pronto y por las dudas,
Se echa nuevamente a llorar.


Julián Reynoso

25 de Marzo 2014

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